CUATRO VERSIONES INCAS DE LA LEYENDA DEL DIOS BLANCO

Es muy conocido el hecho de que casi todas las tribus indígenas del Hemisferio Occidental han preservado tradiciones sobre la aparición en la antigüedad de un dios blanco que bajó del cielo para instruir y organizar a su pueblo. Algunas de las versiones mas interesantes de esta extendida tradición proceden del Perú, donde se conoce a ese dios legendario bajo los nombres de Kon Tiki Viracocha, Tunupa, Pachacamac, Tarapaca o Arnauan, según la región del país. Cuatro afamados cronistas que escribieron historias de los Incas, Pedro Cieza de León, Pedro Sarmiento de Gamboa, Juan Betanzos y Juan de la Santa Cruz Pachacuti, registraron interesantes relatos de ese dios blanco y barbado. Dichos escritos nos dan una descripción bastante detallada de su apariencia, personalidad y visitas a los antepasados de los indios andinos.

Es importante entender que no se han hecho correcciones ni en la ortografía ni en la sintaxis castellana de los mismos, para preservar la autenticidad de los escritos de dichos cronistas."

Cieza de León llegó a Perú en 1548 como soldado de un destacamento enviado para sofocar una rebelión que se había convertido en una guerra civil entre los españoles. Permaneció allí hasta 1550, tiempo durante el cual visitó casi toda aquella tierra recién conquistada, observando y registrando por escrito descripciones del terreno, la flora, las costumbres nativas y los aspectos más importantes de la historia indígena. Desde sus viajes a Colombia, en 1541, había llevado un diario de sus observaciones; pero en Perú, Cieza de León se dejó fascinar por la idea de escribir una historia del país y sus nativos. Después de terminar sus deberes militares, se dedicaba a conversar con los amautas (hombres sabios entre los indios) y los orejones (nobles incas), así como con los españoles versados en esos conocimientos, a fin de aprender todo lo que podía sobre la historia y las tradiciones del Imperio Inca.

"Lo que yo aquí escribo son verdades y cosas de importancia, provechosas. . . .", escribió en la dedicatoria de su primer libro, "pues muchas veces cuando los otros solados descansaban, cansaba yo escribiendo."

La primera obra de este historiador, La crónica del Perú, fue publicada por primera vez en Sevilla, en 1553; la última, El señorío de los Incas, permaneció inédita hasta 1880. En el capítulo cinco de ésta última, Cieza de León relata la siguiente leyenda sobre la aparición de un dios blanco a los antepasados de aquellos indígenas:

"Antes que los Incas reinasen en estos reinos ni en ellos fuesen conocidos, cuentan estos indios otra cosa muy mayor que todas las que ellos dicen, porque afirman que estuvieron mucho tiempo sin ver el sol y que, padeciendo gran trabajo con esta falta, hacian grandes votos é plegarias á los que ellos tenian por dioses, pidiéndole la lumbre de que carecian; y que estando desta suerte, salió de la isla de Titicaca, questá dentro de la gran laguna del Collao (1), el sol muy resplandeciente, con que todos se alegraron. Y luego questo pasó, dicen que de hácia las partes del Mediodía vino y remanesció un hombre blanco de crecido cuerpo, el cual en su aspecto y persona mostraba gran autoridad y veneración, y queste varon, que así vieron, tenia tan gran poder, que de los cerros hacia llanuras y de las llanuras hacia cerros grandes, haciendo fuentes en piedras vivas; y como tal poder reconociesen, llamábanle Hacedor de todas las cosas criadas, Principio dellas, Padre del sol, porque, sin esto, dicen que hacia otras cosas mayores, porque dió sér á los hombres y animales, y que, en fin, por su mano les vino notable beneficio. Y este tal, cuentan los indios que á mi me lo dixeron, que oyeron á sus pasados, que ellos tambien oyeron en sus cantares que ellos de lo muy antiguo tenian, que fué de largo hácia el NORTE, haciendo y obrando estas maravillas, por camino de la serrania, y que nunca jamás lo volvieron á ver. En muchos lugares diz que dió orden á los hombres cómo viviesen, y que les hablaba amorosamente y con mucha mansedumbre, amonestándole que fuesen buenos y los unos á los otros no se hiciesen daño ni injuria, ántes, amándose, en todos hobiese caridad. Generalmente le nombran en la mayor parte Ticiviracocha, aunque en la provincia del Collao le llaman Tuapaca, y en otro lugares della Arnauan. Fuéronle en muchas partes hechos templos, en los cuales pusieron bultos de piedra á su semejanza, y delante dellos hacian sacrificios: los bultos grandes questan en el pueblo de Tiahuanacu (2), se tiene que fué desde aquellos tiempos; y aunque, por fama que tienen de lo pasado, cuentan esto que digo de Ticivirachocha, no saben decir dél más, ni que volviese á parte ninguna deste reino."(3)

Pedro Sarmiento de Gamboa fue un navegante y escritor español, que era capitán en el ejército de su país. Mientras se encontraba estacionado en Cuzco, Perú, recibió del virrey Francisco de Toledo la orden de recopilar una historia de los incas. Sarmiento de Gamboa convocó a los hombres sabios más viejos que había en esa capital de los incas y habló con ellos, uno a uno, personalmente; luego comparó sus declaraciones, sacó sus propias conclusiones y escribió parte de la historia que se le había solicitado. Su manuscrito llevaba el título Historia de los Incas, Segunda Parte de la Historia Llamada Indica, y fue el segundo tomo de una gran obra que originalmente se pensó publicar en tres volúmenes. Sin embargo, el manuscrito inédito permaneció bajo custodia de los reyes españoles durante muchos años, siendo finalmente vendido a la biblioteca de la Universidad de Gotinga, en Alemania, donde fue descubierto y finalmente publicado en Berlín, en 1906. La versión que da Sarmiento de Gamboa sobre la leyenda del dios blanco aparece a continuación:

"Todos concuerdan en que la creación destas gentes la hizo el dicho Viracocha, el cual tienen noticia que fue un hombre de mediana estatura, blanco y vestido de una ropa blanca a manera de alba ceñida por el cuerpo, y traia un báculo y un libro en las manos. Y tras esto cuentan un extraño caso, que, como después quel Viracocha crió todas las gentes, viniese caminando, llegó a un asiento donde se habían congregado muchos hombres de los por él criados. . .

Viracocha prosiguió su camino, haciendo sus obras e instruyendo las gentes criadas. . . Y queriendo dejar la tierra del Pirú, hizo un habla a los que había criado, avisándoles de las cosas que les habían de suceder. Les dijo que vendrían gentes algunas que dijiesen que ellos eran el Viracocha, su Criador, y que no los creyesen, y quel en los tiempos venideros les enviaría sus mensajeros para que los amparasen y enseñasen. Y esto dicho, se metió con sus dos criados por la mar, e iban caminando sobre las aguas, como por la tierra, sin hundirse."(4)

Juan de Betanzos era un cronista y conquistador español, de los primeros que invadieron el Perú al mando de Francisco Pizarro. Apenas llegaron a esa tierra, Betanzos comenzó a estudiar el quechua, el idioma de los incas, y pudo dominarlo hasta el punto de ser nombrado intérprete oficial de la corte real. Las primeras de sus obras que se publicaron fueron dos diccionarios Español - Quechua. Betanzos se casó con una princesa inca y se estableció en Cuzco, reuniendo datos y observaciones que él mismo conseguía, hasta 1551, año en que se publicó su tratado sobre la historia y las tradiciones de los indios andinos titulado Suma y narración de los incas. Al escribir, tenía especial cuidado en "guardar la manera y orden de hablar de los naturales" (dedicatoria del libro). Esta es su descripción del dios Viracocha:

". . .que preguntando á los indios que figura tenia este Viracocha cuando ansí le vieron los antiguos, según que dello ellos tenian noticia y dijeronme que era un hombre alto de cuerpo y que tenia vestidura blanca que le daba hasta los pies, questa vestidura traia ceñida, é que traia el cabello corto y una corono hecha en la cabeza á manera de sacerdote y andaba destocado, y que traia en las manos cierta cosa que á ellos les parece el dia de hoy como estos breviarios que los sacerdotes traian en las manos... preguntéles como se llama aquella persona en cuyo lugar aquella piedra era puesta (5), y dijéronme que se llama Con Tici Viracocha Pachayachachic, que quiere decir en su lengua, Dios Hacedor del mundo."(6)

Muy poco se sabe del que escribió la leyenda que aparece más abajo. Se trataba de un indio procedente del sur del imperio inca, que se enorgullecía de haber sido "cristianizado". Firmó sus escritos con el nombre don Juan de Santacruz Pachacuti Yamqui, y el manuscrito, hecho en una extraña mezcla de español y quechua, permaneció inédito hasta 1880. No obstante, la versión del dios blanco que da este autor es por demás interesante:

"Y passado algunos años después de aberlos ydo y echado a los demonios. . . desta tierra, an llegado entonces a esas provincias y reynos de Tabanatisuyo (7) un hombre barbudo, mediano de cuerpo y con cabellos largos, y con camissas algo largas, y dizen que era ya hombre passado más que de moco, y trayey las canas, hera flaco, el qual andava con su bordon, y era que enseñaba a los naturales con gran amor, llamandoles a todos hijos y hijas, el qual no fueron oydos ni hecho casso de los naturales, y quando andaba por todas las provincias ha hecho muchos milagros, y bisibles; solamente con tocar a los enfermos los sanaba, el qual notrayey enterés ninguno ni trayey atos, el qual dizen que todas las lenguas hablava mejor que los naturales y le nombravan TONAPA o TARAPACAVIRACOCHA CHAYACHICACHAN o BICCHHAYCAMAYOC CUANACUYCAMAYOC. . . Reprehendiendoles con amor afable, y por el dicho Apotampo (8) los oyeron con atención, recibiendole el dicho palo en su mano, de modo que en un palo los recibieron lo que les predicava, señalandoles y rayandoles cada capitulo de las rrazones. Este baron llamadoThonapa dizen que andubo por aquellas provincias de los collasuyos (9), predicandoles sin descansar. . . El dicho Thonapa dizen que maldijo el dicho pueblo, de que vino a azer anegados con agua, y el día de oy se llama Yamqui Cupacocha, la laguna, que los yndios deste tiempo casi todos lo saben que como antiguamente hera pueblo principal y agora es laguna. Lo uno dizen que en un cerro muy alto llamado Cachapucara, estaba o abia un ydolo en figura de mujer, a el cual dizen que Tunapa tuvo gran odio con dicho ydolo, y después le echo fuego y se abrasó el dicho cerro con el dicho ydolo, rrebentandoles y derritiendoles como una cera el dicho cerro, y hasta el día de oy hay señales de aquel milagro espantable, jamás oído en el mundo. . . Dizen quel dicho Tunapa pasó siguiendo al rrío de Chacamarca, hasta topar en la mar. Entiendo que pasó por el estrcho haciala otra mar. Esto han averiguado por antiguos inqa antiquísimos." (10)

No resulta difícil comprender que algunas personas declaren que existe una fuerte relación entre las muchas versiones de la leyenda del dios blanco que tienen los diversos pueblos indígenas de América y el relato de la visita del Cristo Resucitado a los pueblos americanos, registrado en Libro de Mormón.

Muchos de los detalles de estas versiones peruanas de dicha leyenda parecen dar crédito a esas afirmaciones. Más aún, perecería que los indios de las relataron a los cronistas españoles las conocían muy bien.

NOTAS:

(1).- La gran laguna del Collao tiene por nombre Titicaca, por el templo que estuvo edificado en la misma laguna: de donde los naturales tuvieron por opinión una vanidad muy grande, y es que cuentan estos indios que sus antiguos lo afirmaron por cierto, como hicieron otras burlerías que dice, que carecieron de lumbre muchos días, y estando todos puestos en tinieblas y oscuridad salió de esta isla de Titicaca el sol muy resplandeciente, por la cual la tuvieron por cosa sagrada. (Pedro Cieza de León, La crónica del Perú, Cap. CIII)

(2).- La ruinas de la ciudad de Tiahuanaco, el vestigio más importante de la cultura del mismo nombre, se encuentran en el este de Bolivia, muy próximas al Lago Titicaca.

(3).- Pedro Cieza de León, El señorío de los incas, Lima: Editorial Universo S.A., 1973, Cap. V, págs. 18 – 19

(4).- Pedro Sarmiento de Gamboa, Historia de los incas, segunda parte de la Historia Indica, Buenos Aires: Emecé Editores, 1943, págs. 108 – 109.

(5).- El monumento de piedra al cual se refiere era una estatua en tamaño natural del dios Tikiviracocha, que antiguamente se encontraba en el templo de Viracocha, en el sur del Perú, Véase Pedro Cieza de León, La crónica del Perú, Cap. XCVIII.

(6).- Juan Diez de Betanzos, Suma y narración de los incas, Madrid: Marcos Jiménez de la Espada, Imprenta de Manuel G. Hernández, 1880, Cap. II, pág. 7.

(7).- Tahuantinsuyo, nombre dado al Imperio Inca cuya capital era Cuzco y que se extendía abarcando casi 2 millones de km2; estaba dividido en cuatro grandes regiones, y éstas en provincias.

(8).- Los apotampos eran posadas que había a lo largo de los caminos del imperio, a través de los Andes.

(9).- Collasuyo, al sur de Cuzco, era una de las cuatro grandes regiones en que se encontraba dividido el Imperio Inca, y abarcaba la zona del lago Titicaca.

(10).- Juan de Santa Cruz Pachacuti Yamqui, Relación de antigüedades deste Reyno del Pirú, en Tres relaciones de antigüedades peruanas, Asunción del Paraguay: Editorial Guarania, 1950, págs. 210 – 213.

VEASE LIAHONA, MAYO de 1984, Kirk Magleby.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

sè que esta "historia" es verdadera
porque el espiritu me lo ha dicho hace mucho tiempo....saludos hermanos!!!
http://fmlakandela.radio12345.com/

Anónimo dijo...

olvidè dar mi correo electrònico....yatire@hotmail.com
tengo un programa en radio y siempre hablo de todas estas cosas "raras" para algunos y no tan raras para nosotros....
http://fmlakandela.radio12345.com/

Anónimo dijo...

Hola
Conozco "in situ" la mayor parte de mi país aprendiendo mucho de quienes vivieron y viven en dichas partes. Esta vez, vuelvo a leer acerca de Jesus el Cristo antes, durante y después de sus 33 años vividos entre los hombres. El es el Salvador, de todo hombre y de toda generación.

He madurado gracias a mi familia, los desafios constantes, el trabajo, el esfuerzo y el ejemplo dado por hombres y mujeres de todos los credos.

He aprendido a respetar la fe y dignidad de las personas y a no ser piedra de tropiezo para estas.

Una vida no alcanza para hacer lo que se debe hacer. Empero, durante los años que esta dure, hay que dar lo mejor.

Rafael Ivan Gonzales Chirinos-Lima-Perú-Misión Perú Lima Norte-Misión Perú Trujillo-1985-1986rafaeligch@hotmail.com.

Anónimo dijo...

Si el dios viracocha era de rasgo occidental eso tambien demuestra las figuras mayas que tienen cabezas con rasgos negros y africanos y eso demuestra que el Hombre viene de africa se fue a un sitio se volvia claro se fue a otro sitio y se volvio negro ahora creo que el color viene del ambiente...